Argentina enfrenta feminicidios atroces, protestas masivas y crisis económica mientras Javier Milei busca apoyo externo para sostener su gobierno.
Argentina vive días de tensión tras el hallazgo de tres mujeres asesinadas y desmembradas en un barrio humilde de Buenos Aires. El caso, vinculado a redes de trata, estremeció al país y movilizó a miles de personas. Familias, jóvenes y colectivos feministas marcharon frente al Congreso para exigir justicia y rechazar la violencia machista. La indignación creció cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, minimizó los hechos y negó que se tratara de feminicidios.
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El Gobierno desplegó un fuerte operativo policial con barricadas frente al Congreso. Sin embargo, las movilizaciones no cedieron. El movimiento de mujeres, con una larga trayectoria en la lucha por derechos como la legalización del aborto y la visibilización de la violencia de género, lideró las protestas con amplia participación ciudadana.
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En paralelo, el presidente Javier Milei enfrenta el desgaste de sus políticas de ajuste. Las medidas de austeridad no lograron estabilizar la inflación y golpearon con dureza a los sectores populares. A esto se suma una derrota en las elecciones provinciales y el rechazo del Senado a iniciativas clave, lo que debilita su margen político.
Milei confía en un eventual rescate financiero de Estados Unidos, impulsado por Donald Trump, como tabla de salvación económica y política. Sin embargo, la combinación de feminicidios, crisis social, protestas masivas y un Congreso poco favorable amenaza con dejarlo sin margen de maniobra. Argentina se encuentra así en un punto crítico, con un presidente que debe demostrar si puede sobrevivir a la tormenta que sacude al país.
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