Una revisión científica revela que el analgésico tramadol tiene poca eficacia frente al dolor crónico y podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Una revisión científica sugiere que el tramadol, uno de los analgésicos opioides más recetados, podría no ser tan eficaz para tratar el dolor crónico como se pensaba. Además, su uso podría duplicar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, según un metaanálisis publicado en The BMJ Evidence Based Medicine por investigadores del hospital Rigs de Dinamarca.
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El estudio analizó 19 ensayos clínicos realizados hasta 2025, con la participación de 6.506 personas entre 47 y 69 años que sufrían diferentes tipos de dolor crónico, como osteoartritis, dolor lumbar, neuropático o fibromialgia.
Aunque el tramadol alivió parcialmente el dolor, los expertos concluyeron que su efecto fue pequeño y no alcanzó el nivel clínicamente significativo. En cambio, el riesgo de efectos adversos fue mucho mayor en comparación con el placebo.
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Entre los efectos graves más comunes se encontraron dolor torácico, enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca. Los investigadores también detectaron un aumento en los efectos secundarios leves, como náuseas, mareos y somnolencia.
El equipo danés concluyó que “los posibles daños del tramadol probablemente superan sus beneficios” y recomendó reducir su uso al mínimo posible. Aunque se percibe como un opioide más seguro y menos adictivo, los hallazgos sugieren que su reputación podría estar sobrevalorada.
Los autores subrayan que los pacientes y profesionales deben reconsiderar el papel del tramadol en el manejo del dolor crónico, priorizando opciones más seguras y con evidencia sólida sobre su efectividad.
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