Osakidetza integrará en su red pública todas las interrupciones voluntarias del embarazo en dos años y adelantará el cribado de cáncer de mama hasta los 45.
El Servicio Vasco de Salud asumirá en un plazo de dos años todas las interrupciones voluntarias del embarazo que actualmente deriva a clínicas privadas. Así lo anunció el consejero de Salud del Gobierno Vasco, Alberto Martínez, en una entrevista publicada en El Correo. La medida busca reforzar el compromiso del sistema público con este derecho y reducir la dependencia de la red privada.
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Martínez explicó que la integración será progresiva. En 2026, Osakidetza reducirá en 500.000 euros el pago que realiza a clínicas privadas por este servicio, que hoy asciende a 1,2 millones de euros anuales. El objetivo final es que el sistema público asuma la totalidad de los procedimientos en un plazo máximo de dos años.
El consejero subrayó que el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo ya estaba garantizado en Euskadi mediante financiación pública en centros autorizados. Sin embargo, afirmó que el Gobierno vasco quiere dar un paso más. “Hemos querido reforzar el compromiso de Osakidetza con ese derecho de la mujer, integrándolo plenamente en el sistema público”, señaló.
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Además del anuncio sobre los abortos, Martínez confirmó cambios relevantes en los programas de prevención. A partir de 2026, Osakidetza adelantará a los 48 años la edad para invitar a las mujeres a participar en el cribado de cáncer de mama. En 2027, el sistema bajará ese umbral hasta los 45 años.
El consejero justificó la decisión por el aumento de casos en mujeres más jóvenes y por la mayor agresividad de algunos tumores detectados en esas edades. “Estamos viendo un cambio en el perfil de los diagnósticos y debemos adaptarnos”, explicó.
Las medidas forman parte de una estrategia más amplia para fortalecer la sanidad pública vasca, ampliar derechos y mejorar la detección temprana de enfermedades con alto impacto en la salud de las mujeres.
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