La presencia del equipo Israel-Premier Tech en la Vuelta España ha desatado un sinnúmero de protestas que, en ocasiones, han afectado el desarrollo de la competencia. Quienes se manifiestan lo hacen en favor de Palestina.
La verdad no se sabe si se trata de grupos organizados o, simplemente, es el agotamiento general de la población y, en consecuencia, una respuesta espontánea de la comunidad contra Israel, pero la Vuelta España se ha convertido en el escenario de múltiples protestas en favor de Palestina. Claro, la presencia del equipo Israel-Premier Tech se siente como una suerte de ofensa para algunos fanáticos que consideran que el genocidio que está cometiendo Israel en Palestina debería ser, como mínimo, castigado desde el punto de vista deportivo de la misma forma en la que sucedió con Rusia y su problema con Ucrania.
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Las protestas no se han limitado a las banderas durante la ruta y las concentraciones en los lugares a los que llegan los ciclistas. El tema ha ido más allá: hubo etapas que debieron ser recortadas para evitar que los deportistas se vieran afectados por las multitudes; es más, en algún momento se presentaron accidentes con pedalistas que se cayeron por acciones de protestantes. Ahora, la forma en la que todo ha ido escalando llegó hasta lo más profundo del pelotón, ya que la principal solicitud de quienes protestan es la expulsión del equipo Israel-Premier Tech, circunstancia que no se ha dado y que, al parecer, no se dará, pero que genera incomodidad en algunos participantes. Aunado a lo anterior, toda la circunstancia ha escalado de tal manera que incluso el mundo de la política se ha visto inmerso, con posiciones marcadas hasta del propio gobierno español.
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