Javier Milei viajó a la Ciudad del Vaticano y se reunió con el Papa Francisco, después de haberlo insultado hace poco tiempo. El prontuario de incoherencias de Milei crece diariamente.
Seguramente este fin de semana los argentinos pudieron sentirse muy orgullosos durante algunos momentos con la reunión de su presidente Javier Milei y el sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Francisco, también argentino. El encuentro tuvo lugar en la basílica de San Pedro, ante cientos de feligreses que asistían a la misa de canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, primera argentina en ser Santa. Una jornada completa de orgullo para el país latinoamericano.
Como ha pasado desde su campaña y en el breve periodo en el que ha estado liderando el ejecutivo en Argentina, Milei no ha dejado de ser noticia por sus desacertadas declaraciones y ataques a otras figuras públicas. Una situación que no dejó invicto, ni siquiera, al Papa Francisco, una figura a la que, se presumiría, Javier Milei pudiese guardar algún tipo de respeto producto de su nacionalidad e importancia, cosa que no pasó.
Y es que, en plena campaña, a Milei se le ocurrió señalar al Papa Francisco como el representante del maligno ocupando la casa de Dios, algo no menor, agregando que era una figura que promovía la pobreza y los regímenes de miseria. Lo anterior, para después, fiel a su incoherencia, sopesar sus declaraciones y bajarlas de tono. Un episodio que cerró este domingo 11 de febrero, abrazando y besando al Papa Francisco de forma amistosa para luego referirse a él como “el argentino más importante de la historia”. ¿Incoherencias? no, para nada.
Javier Milei debe estar disfrutando de algunas horas en calma antes de regresar a su país para enfrentar, entre otras cosas, las tensiones internas de su partido. Su periodo de visitas por:
Está por terminar y después de las reuniones que sostendrá con el Papa Francisco (en la que tratará una potencial visita del sumo pontífice a Argentina), Sergio Mattarella y Giorgia Meloni, se verá obligado a volver a una Argentina que sigue aguardando el cambio prometido en campaña, en medio de los shows y las incoherencias de un polémico Milei al que, cada tanto, se lo come el personaje.
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