La modificación a la Ley de Amnistía en México que fue aprobada en abril, entró en vigor recientemente en México. Una reforma que amplió las facultades presidenciales en el país.
No deja de ser polémico cada vez que en un país se amplían las facultades de figuras presidenciales y, en este caso, México no fue la excepción. A finales del mes de abril, el Congreso mexicano aprobó una reforma en la que, básicamente, se le otorgó la posibilidad al presidente de indultar o liberar a cualquier persona, sin ningún tipo de intermediario. De esta forma, quien ocupe el cargo como presidente podrá conmutar penas y procesos penales de forma directa sin importar la gravedad del delito. Lo anterior, claro, sucedió ante la negativa de la oposición, que tilda como inconstitucional esta reforma que impulsó Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente de México.
En cabeza de López Obrador, el gobierno mexicano estuvo detrás de dicha reforma y la excusa para ello fue la de dar celeridad al aparato judicial en función de resolver casos como la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero. No obstante, los temores sobre el alcance de esta reforma están a la orden del día, toda vez que, según algunos expertos, se abre una peligrosa puerta para que exista un abuso de poder y se tomen decisiones arbitrarias conforme intereses personales.
El pasado 14 de junio se publicó la reforma a la Ley de Amnistía y de esta manera la misma entró en vigor. A la ley se le incluyó el artículo 9, mismo que establece de forma expresa que quien sea titular del poder ejecutivo, en este caso el presidente de México, podrá otorgar amnistía de forma directa con estas condiciones:
Estará por verse la forma en la que Claudia Sheinbaum, presidenta electa, hará uso de estas facultades que el actual presidente López Obrador gestionó y que tienen en alerta a muchos en México.
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