
Alejandro Gil Fernández, ex viceprimer ministro de Cuba, enfrenta un juicio cerrado por presuntos delitos de espionaje, corrupción y falsificación de documentos.
El ex viceprimer ministro y exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, enfrenta desde el martes un juicio por presuntos delitos de espionaje, malversación y falsificación de documentos. El proceso, según el Tribunal Supremo Popular, se desarrolla sin acceso público por razones de seguridad nacional.
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Solo las partes y personas autorizadas pueden ingresar a las audiencias. Las autoridades no han especificado cuántos días durará el proceso ni cuántos imputados hay en total, aunque se presume que son varios.
Gil Fernández fue uno de los colaboradores más cercanos del presidente Miguel Díaz-Canel, y su destitución a comienzos de 2024 generó sorpresa en el Gobierno cubano. En ese momento, Díaz-Canel afirmó que Gil había cometido “graves errores”, sin ofrecer detalles.
La Fiscalía lo acusa de espionaje, cohecho, lavado de activos, evasión fiscal, tráfico de influencias y otros delitos relacionados con la corrupción y la filtración de información clasificada.
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La hija del exfuncionario, Laura María Gil, pidió en redes sociales que el juicio sea público. Aseguró que su padre se declaró inocente y no aceptará los cargos sin pruebas verificables. También cuestionó la falta de información sobre las acusaciones de espionaje, exigiendo claridad sobre los países implicados y las pruebas presentadas.
El caso de Alejandro Gil representa la mayor caída política en Cuba desde 2009, cuando el entonces vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque fueron apartados por filtraciones, aunque nunca enfrentaron juicio.
El proceso contra Gil se desarrolla mientras Cuba atraviesa una profunda crisis económica, marcada por la escasez, la inflación y el creciente descontento social.
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