
Nuevos correos de Jeffrey Epstein revelan posibles vínculos con Donald Trump, lo que reaviva el debate político y la tensión entre republicanos y demócratas.
La difusión de nuevos correos electrónicos de Jeffrey Epstein volvió a poner en el centro del debate político al presidente Donald Trump. Los mensajes, publicados por legisladores demócratas, sugieren que el mandatario tenía conocimiento de los abusos cometidos por el financiero.
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La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, acusó a los demócratas de filtrar la información “de forma selectiva” para dañar la imagen del presidente. Aseguró que Trump expulsó a Epstein de su club en Mar-a-Lago “por acosar a empleadas”, incluida Virginia Giuffre, una de las víctimas del caso, fallecida en abril.
Entre los documentos divulgados se incluyen correos entre Epstein y el escritor Michael Wolff, donde se discuten estrategias mediáticas sobre Trump. En uno de ellos, fechado en 2015, Wolff aconseja dejar que el ahora presidente “se incrimine solo” durante una entrevista televisiva.
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Otro correo de 2011, dirigido a Ghislaine Maxwell, muestra a Epstein calificando a Trump como “perro que no ladra” y afirmando que pasó “horas” con una víctima, cuyo nombre fue censurado.
El congresista demócrata Robert García afirmó que los correos “plantean serias dudas” sobre la relación entre Epstein y Trump, y criticó los intentos de la Casa Blanca por “encubrir los archivos”.
El escándalo revive viejas tensiones en torno a la figura del presidente, quien ya había sido vinculado al caso tras la publicación de documentos judiciales y fotografías que lo relacionaban con el fallecido financiero y su entorno.
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