Panamá suspende garantías en Bocas del Toro tras protestas por pensiones, saqueos, y despidos masivos en la empresa Chiquita Brands.
El gobierno de Panamá volvió a declarar el estado de urgencia en Bocas del Toro, su principal región bananera, tras violentas protestas contra una reforma al sistema de pensiones. La medida suspende por cinco días las garantías constitucionales, incluida la libertad de movimiento, y autoriza detenciones sin orden judicial.
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Los disturbios comenzaron hace semanas, cuando trabajadores bananeros se unieron a una huelga nacional contra los cambios impulsados por el Congreso. En medio del caos, manifestantes han bloqueado vías, saqueado comercios y atacado edificios públicos, incluyendo el aeropuerto y el estadio Calvin Byron.
La crisis escaló tras los despidos masivos por parte de Chiquita Brands, que perdió 75 millones de dólares tras 24 días de paro. La respuesta encendió aún más los ánimos en la región. “No entiendo cómo destruyeron su propio estadio”, expresó indignado el viceministro de Seguridad, Luis Felipe Icaza.
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En Changuinola se reportaron daños a oficinas públicas, gasolineras y vehículos de la bananera. Doce policías resultaron heridos y al menos 80 personas fueron detenidas.
Aunque el gobierno firmó un acuerdo laboral con sindicatos bananeros, otros sectores lo desconocen. El conflicto continúa y la tensión se mantiene alta en la región.
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