A pocas semanas de las elecciones nacionales, Karina Milei, hermana y mano derecha del presidente argentino, ha quedado en el centro de una investigación judicial tras la filtración de audios que le vinculan con un presunto esquema de corrupción en contratos estatales.
Una serie de audios filtrados a la prensa reveló presuntas maniobras de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), donde se mencionan retornos del 3 % en contrataciones estatales a cambio de favores políticos. En las grabaciones, atribuidas al exdirector del organismo Diego Spagnuolo, se sugiere que Karina Milei habría estado al tanto —y presuntamente beneficiada— de estos arreglos irregulares. La Justicia ya ordenó allanamientos y ha citado a varios funcionarios para declarar.
El escándalo se intensificó cuando un juez federal, a pedido del gobierno, prohibió la difusión de los audios filtrados, argumentando la protección de la intimidad y la seguridad institucional. Sin embargo, esta decisión fue duramente criticada por sectores de la oposición y expertos legales, que la ven como un intento de censura y encubrimiento. A pesar del blindaje judicial, la presión política no cede.
En medio de este clima de tensión, el oficialismo también sufrió una dura derrota en las elecciones provinciales de Buenos Aires, gracias a que allí el peronismo se impuso con claridad. De esta forma
- La combinación de escándalos de corrupción,
- Malestar económico
- Y pérdida de credibilidad
golpean la interna y directamente el corazón del gobierno libertario, justo cuando se encamina hacia unos comicios nacionales en octubre que ahora se tornan inciertos y en los que, al parecer, no cuentan con la superioridad con la que en algún momento pensó Javier Milei que contaban.
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