Las cuentas en X que apoyan al movimiento de Donald Trump en Estados Unidos, estarían siendo operadas desde el extranjero.
Una actualización de X, presentada como una medida de transparencia para combatir bots y cuentas falsas, dejó al descubierto que varios perfiles pro-MAGA con miles de seguidores tenían su origen en lugares como Europa del Este, Tailandia, Alemania, Nigeria o Egipto. Entre ellos figuran usuarios como @MAGANationX, @DarkMagaCoin y @MAGA100X. Esta revelación generó inquietud entre analistas y ciudadanos, pues pone en evidencia la posibilidad de una red global de difusión de mensajes políticos que, aunque parezcan genuinos, podrían obedecer a intereses externos. ¿Una clásica estrategia de la derecha internacional?
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La reciente herramienta nombrada “Sobre esta cuenta” de la red social X, que muestra la ubicación desde la que se gestionan los perfiles y que ha revelado que varias cuentas influyentes del movimiento MAGA no operan desde Estados Unidos, reabrió el debate sobre la posible el riesgo de manipulación internacional del discurso político en línea.
Para algunos defensores de la medida implementada por X, la herramienta supone un paso más hacia una mayor transparencia en las redes. Sin embargo, una serie de críticos advierte que revelar la ubicación no equivale a probar una injerencia organizada, ya que, según ellos, el hecho de que una cuenta esté registrada en el extranjero no demuestra por sí mismo quién está detrás ni cuáles son sus intenciones. Aunado a lo anterior, se ha señalado que la precisión de la ubicación puede variar dependiendo del uso de VPN o proxies, lo que podría distorsionar los datos.
Este episodio revive capítulos de controversias anteriores, como la intervención de agentes extranjeros en procesos electorales mediante operaciones de desinformación, lo que vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad del ecosistema digital ante manipulación transnacional. Aunque no existe una investigación oficial abierta por ahora, el uso de esta nueva función ha despertado preocupación sobre la autenticidad del discurso político en plataformas digitales, siendo Trump y su grupo de seguidores el foco principal.
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