
El cierre del gobierno de EE. UU. se acerca al récord más largo mientras Trump insiste en no ceder ante los demócratas y las ayudas sociales corren riesgo de agotarse.
El cierre del gobierno estadounidense, que ya supera los 33 días, está a punto de convertirse en el más largo de la historia. Millones de personas podrían perder acceso a asistencia alimentaria y subsidios de salud, mientras republicanos y demócratas se mantienen firmes en su desacuerdo.
El presidente Donald Trump aseguró que no será “extorsionado” por los demócratas, quienes exigen negociar la extensión de subsidios del sistema de salud Obamacare antes de reabrir el gobierno. En entrevista con 60 Minutos, insistió en que solo dialogará cuando las operaciones federales vuelvan a funcionar.
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Mientras los trabajadores federales se preparan para perder nuevos cheques de pago, el Senado continúa paralizado. Los republicanos, liderados por John Thune, necesitan cinco votos demócratas para aprobar su propuesta, pero los demócratas reclaman un acuerdo integral que garantice la atención médica y evite despidos.
El senador demócrata Tim Kaine aseguró que algunos legisladores buscan un “camino de compromiso”, aunque las posturas siguen muy alejadas. Trump, por su parte, pidió eliminar el filibusterismo en el Senado, una regla que exige 60 votos para aprobar leyes, lo que generó resistencia incluso dentro de su propio partido.
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Los retrasos en los aeropuertos ya se sienten y los beneficiarios del programa SNAP que asiste a 42 millones de estadounidenses temen quedarse sin ayuda. “El gobierno prioriza la política sobre el hambre”, criticó el demócrata Hakeem Jeffries.
Si el cierre se extiende una semana más, superará el récord de 35 días registrado en 2019, también bajo la presidencia de Trump. Mientras tanto, la incertidumbre crece y la paciencia de los ciudadanos se agota ante un gobierno paralizado por la falta de diálogo.
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