A pocos días del balotaje en Chile, José Antonio Kast, el crédito de la ultraderecha austral ha resuelto reducir su exposición. Algunos hablan de miedo al debate.
Los resultados de la primera vuelta en Chile no dejaron dudas y terminaron siendo lo esperado: Jeanette Jara y José Antonio Kast se disputaría la presidencia en una segunda ronda. Por el lado de Jara, la candidata oficialista se ha mantenido activa en varios espacios
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Y hasta en espacios públicos. Jara tiene claro lo que busca y tanto sus posiciones como propuestas no cambiarán: sus cálculos para atraer votantes indecisos están construidos bajo la idea de mostrarse contundente y clara con lo que buscaría un eventual gobierno en cabeza suya. Su contraparte, José Antonio Kast, por el contrario, ha venido actuando de forma tan cautelosa que su exposición se ha venido reduciendo al máximo desde que inició el camino al balotaje. La situación ha sido tal, que Jara incluso lo ha señalado de estar esquivando los debates.
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En este punto muchos analistas, políticos y en general la población chilena, tanto de derecha como de izquierda, se viene preguntando por las razones para la actitud de Kast. Y sí, resulta bastante extraño que un tipo que todo el mundo conoce, que se presenta a su tercera justa presidencial y que, se supone, no adolece de falta de experiencia se esté ocultando. ¿Miedo? Podría ser y parece ser lo más posible: un miedo que se mezcla con estrategia ya que al ser votantes indecisos lo que se necesita captar de cara a segunda vuelta, desde las entrañas del equipo de la figura de ultraderecha, parecen considerar que es inconveniente dejar en evidencia el radicalismo que representan. Lo anterior, una estrategia que ya ha implementado la derecha internacional con resultados favorables en países como Colombia y EEUU ¿funcionará en Chile?
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