Uruguay se convierte en el primer país de América Latina en aprobar la eutanasia por ley, abriendo un debate ético sobre el derecho a decidir cómo y cuándo morir.
Uruguay se convirtió este miércoles en el primer país de América Latina en aprobar una ley que regula la eutanasia, sumándose al reducido grupo de naciones del mundo que reconocen el derecho a morir dignamente.
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Tras un debate parlamentario de diez horas, 20 de los 31 legisladores presentes votaron a favor del proyecto de Muerte Digna, una iniciativa impulsada durante cinco años. El texto establece que los adultos con enfermedades incurables o en etapa terminal podrán solicitar la eutanasia si sufren de manera insoportable.
“El proceso final de la vida no debe ser un delito cuando existe sufrimiento intolerable”, señaló el senador Daniel Borbonet, del Frente Amplio. La norma contó con amplio respaldo ciudadano: según la consultora Cifra, el 62% de los uruguayos estaba a favor de su aprobación.
El proyecto fue apoyado por la coalición de izquierda Frente Amplio y por legisladores de centro-derecha del Partido Colorado y el Partido Nacional. Sin embargo, sectores conservadores y grupos católicos rechazaron la iniciativa, argumentando que atenta contra el valor de la vida.
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Con esta decisión, Uruguay se posiciona como referente regional en derechos individuales. En América Latina, solo Colombia y Ecuador han avanzado parcialmente mediante fallos judiciales, sin leyes específicas.
Colombia despenalizó la muerte asistida en 1997 y la reglamentó en 2015, mientras que Ecuador la reconoció en 2024 tras un fallo constitucional. En ambos casos, el procedimiento se limita a pacientes con enfermedades incurables o sufrimiento extremo.
La aprobación uruguaya marca un cambio profundo en el debate sobre la autonomía personal y el derecho a decidir sobre la propia vida, reafirmando una visión más humanista y compasiva frente al final de la existencia.
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