

Hace un par de semanas se conocieron los grupos del próximo Mundial de fútbol en un evento que, por cierto, se vio marcado por un premio de paz que le regalaron a Donald Trump para inflar su ego.
Como nunca antes sucedió en ningún evento de la FIFA, el más reciente sorteo de grupos para el Mundial de 2026, se prestó para todo y no le fue indiferente a nadie. De plano, para los más futboleros fue algo así como un todo mal: en el sorteo los protagonistas no fueron las grandes leyendas del fútbol mundial (como es tradición), en su lugar hubo sorpresa con la aparición de personajes como
- Shaquile O’Neal
- Aaron Judge
- O Tom Brady
Todos ellos, grandes deportistas, pero con una nula relación con el balompié. La ceremonia, claro, muy al estilo norteamericano con artistas y música ocupando un innecesario protagonismo. Eso sí, la cereza del pastel, y casi que el pastel entero, llegó cuando, de la nada, sin ningún tipo de razón o antecedente, Gianni Infantino, el cuestionado presidente de la FIFA, subió al escenario y entregó el primer Premio FIFA de la Paz a Donald Trump. Por supuesto la sorpresa de asistentes y del mundo entero fue total ¿Premio FIFA de la Paz? Un galardón absolutamente inventado y sin sentido.
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Ya con Infantino nada sorprende en la FIFA. Si antes hubo quejas por la gestión de Joseph Blatter, lo que ha hecho Infantino con el máximo órgano del fútbol mundial es, como mínimo, un insulto. A Infantino se le acusa de ser un mercader del deporte, vendiendo sedes para mundiales de fútbol y desdibujando por completo las competiciones; su relación con los referentes de este deporte no es la mejor y algunos hasta lo tildan de haber acomodado campeonatos para favorecer a Lionel Messi por temas exclusivamente comerciales que le han significado enormes ganancias económicas.
A lo anterior, ahora se suma este bochornoso capítulo con el premio que le entregó a Donald Trump. Y es que el Premio FIFA de la Paz jamás existió, nunca se habló de él, a nadie se le comunicó de qué forma podría participar o cuáles eran los requisitos para ganarlo. En este caso, Infantino, con una pasmosa frescura, decidió inventar un galardón para satisfacer el ego de un tipo que se encontraba ansioso por reconocimiento por sus actos en favor de la paz. ¡Sí! La FIFA le da un reconocimiento de paz a un tipo que lidera un gobierno que apoyó militar y económicamente a Israel mientras adelantó un genocidio en Gaza; también reconoce los actos de paz de un líder que amenaza a sus pares, creyendo que desde su posición puede venir a intimidar a quién no esté de acuerdo con él, tal como lo ha hecho con el presidente de Colombia Gustavo Petro. Gianni Infantino, en nombre de la FIFA, le dio un premio de paz a un tipo que se encuentra violando el Derecho Internacional Humanitario atacando embarcaciones que salen de Venezuela argumentando que es una lucha abierta contra el narcotráfico. En fin, Infantino, un mercader del fútbol y ahora de los reconocimientos, le colaboró al ego de Donald Trump, se inventó un premio y mandó feliz al septuagenario republicano de vuelta a la Casa Blanca. Una vergüenza.
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